“Si los zoos hicieran todo lo que dicen que hacen, ZOOXXI carecería de sentido” Leonardo Anselmi, Coordinador General de ZOOXXI.
Son muchas las voces que piden un cambio en el zoo de Barcelona, una transformación, una adaptación al siglo XXI. Son diferentes los modelos que se proponen para llevar a cabo dicho cambio. Pero antes de decantarse por un modelo u otro es necesario analizar por qué es necesario este cambio, cuáles son los errores que deben ser corregidos y de qué manera ejecutar dicha transformación para que sea un zoo más ético, científico, educativo y ciudadano.
El zoo es un error histórico
Barcelona fue parte interesada de una metrópoli. Necesitaban vender al mundo que España seguía siendo una potencia colonial y, con el soporte de las instituciones oficiales franquistas, convirtieron a Guinea Ecuatorial en una fuente de materias primas como el café, el cacao o la madera tropical, y en un símbolo de una África enigmática que fue objetivo de científicos y exploradores.
En 1959, con el impulso de Antoni Jonch, director del Zoo de Barcelona y muy cercano al alcalde Josep Maria de Porcioles, se creó Ikunde, Centro de Experimentación y Adaptación Animal con un discurso de investigación pero con un objetivo comercial de la flora y sobre todo de la fauna local. Ikunde, a pocos kilómetros de Bata, era un espacio financiado por el zoológico de Barcelona, el Museu d’Etnologia y Parcs i Jardins del Ayuntamiento. Durante una década, Ikunde aprovisionó de una gran parte de los fondos zoológicos, etnológicos, arqueológicos y botánicos del Ayuntamiento de Barcelona. Las capturas de animales eran constantes en aquellos años, y al tratarse de una colonia española tenía un coste muy económico. Las campañas etnográficas en Guinea se vincularon en gran parte a las que realizaba el Zoo de Barcelona con capturas y caza.
Fue un ejercicio de dominio colonial que se apropiaba sistemáticamente del pasado, de la naturaleza, de los bienes y de otros recursos locales. Un saqueo del hombre blanco en nombre de la cultura, la ciencia y el arte, amparado por la religión y la mediación política franquista.
Los zoos son un error histórico, un símbolo del colonialismo del ser humano sobre otros humanos y sobre el resto de la naturaleza, un hecho que demuestra con meridiana claridad que el permitirnos explotar la naturaleza en el fondo nos permitió explotarnos a nosotros mismos. Porque no somos otra cosa que naturaleza. Pero no se trata únicamente de una cuestión filosófica, incuestionable en un sentido ético, sino que desde un punto de vista práctico los zoológicos todavía no han logrado reparar el daño que hicieron y, en algunos casos, todavía hacen a la naturaleza. Los millones de animales que fueron históricamente capturados de la naturaleza por parte de los zoos, a cambio de tibios programas de conservación in situ y los ineficientes programas ex situ, hacen que el saldo sea finalmente muy desfavorable. De hecho, el estudio realizado por especialistas del elefante africano de la UICN, “Declaración y resoluciones sobre el papel de las instalaciones en cautiverio en la conservación in situ de los elefantes africanos” concluye que “No ven ninguna contribución efectiva de la especie a través de la cría en cautividad”
Podríamos analizar el caso de las orcas, SeaWolrd afirmaba que tener orcas en cautividad y criarlas era necesario o útil para la conservación, y han tenido que capturar al menos 200 de la naturaleza para tener actualmente unas 60 en cautividad y ninguna reinsertada.
Por eso no se trata solo de pedir perdón, sino que todo reconocimiento de una víctima supone la obligatoriedad de reparación y el compromiso de no repetición. Los animales, el medio ambiente y los continentes de la periferia económica son víctimas de los zoos, por tanto debemos devolverles lo que les hemos arrebatado, comprometernos a no repetir el expolio abandonando la idea de seguir atrapando animales de la naturaleza, y comenzar un proceso de reparación de los hábitats destruidos, y esto solo puede hacerse con programas de conservación in situ.
El primer paso para un cambio de paradigma actual es el reconocimiento explícito de que los zoos son un error histórico, los animales sus víctimas y hace falta una reparación.
Prácticas ancladas en el siglo pasado
Modelo educativo
El modelo educativo que aplica actualmente el zoo de Barcelona tiene sentido para informar a los y las niñas de las características físicas, de comportamiento, alimentación, etc. de una especie. Pero deja de lado la visión del individuo.
Un ejemplo claro de el fracaso en el modelo educativo del zoo de Barcelona es el caso de los orangutanes. El zoo de Barcelona insta en su discurso hacia los visitantes a evitar los productos que contengan aceite de palma, las plantaciones del cual destruyen los hábitats naturales de esta especie. Sin embargo, según un estudio que realizamos, siguen vendiendo en sus instalaciones una gran mayoría de productos que contienen este aceite. Justifican la cautividad con los peligros que corren los animales en la naturaleza, peligros a los que el zoo contribuye. Tanto el zoo de Barcelona como la propia EAZA llevan a cabo campañas de concienciación para evitar que los visitantes compren productos que contengan aceite de palma, algo que resulta paradójico teniendo en cuenta que en sus propias instalaciones apenas se puede consumir nada que no contenga dicho aceite vegetal. Si aceptamos que ecología es algo que decimos pero no algo que hacemos ¿qué educación estamos dando?
Los datos están sobre la mesa. La comunidad científica presenta una postura favorable, con un consenso a la idea de que los animales, humanos o no, son seres conscientes que, además, pueden manifestar una gran diversidad de procesos cognitivos y comunicativos, personalidad propia y vidas emocionales. ¿Cómo afectan estas evidencias a nuestras relaciones con el resto de animales?
ZOOXXI propone seguir educando en la especie, pero también en el individuo, como un ser sintiente con conciencia, personalidad propia y distintas capacidades cognitivas. Promover así una educación basada en la empatía.
Una educación basada en la empatía hacia los animales es el mejor regalo que podemos dar a niñas y niños, y qué mejor que hacerlo desde aquellos centros dedicados a la naturaleza: los zoos.
La plataforma ZOOXXI, asesorada por asociaciones como PRODA, CoPPA, el Santuario Equidad o ERAH, propone un nuevo modelo educativo para los zoológicos del mundo, un modelo que eduque en la empatía hacia los animales
Los zoos tienen la responsabilidad de educar a sus visitantes acerca de la naturaleza y los animales, pero no únicamente a través de aspectos cognitivos sino también emocionales. Solo así se podrá modificar la conducta.
Tras varios proyectos piloto, se ha demostrado que este modelo educativo redunda tanto en la reducción del bullying escolar como en el aumento de comportamientos cooperativos y prosociales. Como afirma la psicóloga Mariví Vaquer, presidenta de PRODA, “está demostrado que los niños que crecen relacionándose con animales, considerándolos seres sintientes dignos de respeto, son más responsables y empáticos”. Según las expertas en violencia Rosario Ortega, Virginia Sánchez y Ersilia Menesini, los agresores tienen mayor probabilidad de desconexión moral y falta de empatía. Los profesionales en el ámbito escolar constatan que los agresores muestran unas características comunes que se alejan del respeto hacia cualquier ser sintiente. Varios estudios, como los del profesor Frank R. Ascione, han demostrado también la relación que existe entre la violencia doméstica y el maltrato animal, que puede llegar a ser un indicador por sí mismo.
Una educación basada en la empatía podría dar una respuesta preventiva. Con este modelo educativo estaremos ofreciendo a las nuevas generaciones una capacidad mayor de desarrollar el altruismo e inhibir las conductas agresivas, así como de aumentar la autoconciencia y mejorar las habilidades comunicativas.
Modelo científico
El modelo científico y de conservación que aplican los zoos actualmente solo han servido para conservarse a sí mismos. La reproducción de animales en cautividad no es una estrategia ecológica sino económica.
La investigación y la conservación que hace el zoo es ex situ en su gran mayoría. Esto quiere decir que casi todos los esfuerzos del zoo se basan en mantener a los animales en cautividad, fuera de sus hábitats naturales. Un modelo poco efectivo.
El equipo científico de ZOOXXI elaboró informes que describen las condiciones de vida de diversas especies que actualmente alberga el zoo de Barcelona. Comparan su vida en el hábitat natural y las consecuencias que el cautiverio produce sobre la salud física y psicológica de los individuos que viven en el zoo de Barcelona. En ellos, se evidencia que las coincidencias entre una realidad y la otra son casi anecdóticas. No coincide ni la alimentación, ni los territorios, ni la estructura social… Ni siquiera las enfermedades. Con lo cual, todo lo que se investigue en animales en cautividad solo servirá para eso, para animales en cautividad de por vida, es la ciencia de la jaula eterna.
Su argumento es que si la especie desaparece en la naturaleza, en los zoos habrá el número suficiente de individuos que garantice salvar la especie, siendo secundario el problema de la imposibilidad de reintroducir a la mayoría de animales criados en cautividad.
Una reproducción ex situ que no vaya acompañada de un plan de conservación que permita, a medio o largo plazo, la reintroducción de los nuevos individuos necesita el culling y el intercambio de animales entre zoos.
El nacimiento de animales en cautividad sin reintroducción provoca que, para evitar la consanguinidad y los conflictos entre grupos, se recurra constantemente al tráfico legal de animales entre zoos. Bajo el paraguas legal de la EAZA, miles de animales deben ser intercambiados entre los zoos del mundo anualmente, causándoles estrés, ansiedad y conflictos, debiendo ser medicados muchos de ellos.
Además, cuando una cría nace pero ni el propio zoo ni otros la quieren o tienen espacio para alojarla, la matan. Esta es una práctica legal conocida como culling que se encuentra recogida en el manual de buenas prácticas de la EAZA.
Esta es la definición que propone:
“Culling como herramienta de gestión. La aplicación de una política de culling se considera apropiada por razones de bienestar, a nivel individual y grupal, y ayuda a reflejar las estructuras de las poblaciones específicas de las especies. Los zoos miembros están éticamente obligados a encontrar un equilibrio informado entre la vida de un individuo y mantener la viabilidad a largo plazo de una población gestionada, y cuando estas obligaciones están en conflicto, el bienestar y la salud genética de la población a nivel local y regional a largo plazo tiene prioridad. La EAZA considera que el sacrificio es uno de los diversos métodos apropiados para mantener estar prioridad”.
Según el propio director de la asociación, entre 3000 y 5000 animales mueren anualmente en los zoos europeos mediante esta muerte legal.
No deja de ser paradójico que en la naturaleza estén desapareciendo los animales y los zoos tengan que matar individuos para el mantenimiento de sus poblaciones cautivas. La mega estructura de los zoos europeos debería suponer un beneficio directo para la supervivencia de los animales que se encuentran en peligro de extinción en la naturaleza. Especialmente los zoos públicos, como es el caso del zoo de Barcelona. La conservación que defienden se refiere a la conservación de las poblaciones zoológicas y no a la de la conservación de las poblaciones en la naturaleza.
La conservación ex situ no es efectiva y no protege a los animales en la naturaleza. La instalación de 1.100m del zoo de Barcelona para alojar a sus siete orangutanes de Borneo costó 1,2 millones de euros. Birute Galdikas, Doctora en Biología y experta en el estudio de los orangutanes durante más de 50 años, afirmó que en Borneo hay al menos siete u ocho poblaciones de orangutanes biológicamente viables. Para salvar a cada una de ellas se necesitarían unos 25 millones de dólares.
Si los zoológicos trabajaran en red con enfoque en la conservación in situ y la protección de los hábitats, podrían salvar a los orangutanes y a toda la selva conjunta con sus millones de especies en detrimento de gastarse millones y millones de dinero público en la construcción de instalaciones millonarias y el traslado de individuos que nacen, se reproducen y mueren en cautividad.
¿En qué se traduce este cambio? La Conservación Compasiva
La conservación tiene por objetivo la preservación de las especies para mantener la diversidad y evitar su extinción. Hoy en día existen dos posturas:
- La conservación tradicional: fija su atención en el mantenimiento de las especies y de las poblaciones. La consecución de este objetivo permite el sacrificio de animales salvajes para mantener poblaciones de la misma u otras especies o para resolver conflictos entre humanos y animales.
- La conservación compasiva: que tiene dos enfoques, posiciona al animal físico individual sensible en el centro para evitar su sufrimiento y busca acercar posiciones entre la protección individual de los animales y la preservación de la biodiversidad, las especies y los ecosistemas. Argumenta que, a medida que los problemas medioambientales crecen y se hacen más globales, los problemas a los que se tienen que enfrentar los animales, individualmente y como población, también aumentan y, por tanto, se han de crear nuevos procedimientos que conjuguen la protección individual de los animales con la preservación de los ecosistemas.
Aplicando la Conservación Compasiva a los zoos, se trata de un nuevo enfoque que quiere superar una lógica que pocos resultados está dando en la conservación y protección de los animales en la naturaleza, y que sí que es responsable del sufrimiento de animales, individuos que se crían y se intercambian en cautividad durante toda la vida.
Desde una visión interdisciplinaria, especialidades científicas y académicas muy diversas ofrecen los argumentos para observar la naturaleza desde una nueva perspectiva más amplia y consecuente con los descubrimientos científicos de los últimos diez años: los animales presentan capacidades cognitivas y comunicativas, inteligencia, personalidad propia, vida emocional y diversas formas de conciencia. Por tanto, estamos obligados a sumar la empatía y una visión ética a las herramientas de una investigación científica basada en la protección de los animales considerados como individuos, así como a la recuperación y el mantenimiento de las especies, las poblaciones y los ecosistemas, incluso para los programas ex situ orientados a la reintroducción, desde la lógica de la conservación compasiva se han hecho algunos aportes. Con un enfoque en los individuos, se ha determinado que la personalidad de los diferentes animales los hace más o menos aptos para ser reintroducidos.
Es necesario entonces reconocer los errores y las víctimas, reparar lo dañado y no repetir. Reemplazar la educación utilitarista por una de cultura de paz sumando el enfoque sobre el individuo, reemplazar la palabra por el ejemplo, y en materia de conservación sumar elementos científicos hacia la excelencia y la eficacia en la conservación real. Con el objetivo de asesorar en la toma de decisiones de los partidos políticos, representados en el Ayuntamiento de Barcelona, respecto la Iniciativa Ciudadana ZOOXXI, así como para ser un lugar de encuentro y acercamiento de nuevas propuesta e ideas con las comunidades científicas en materia de conservación, hemos lanzado la primera revista online en lengua no inglesa sobre esta nueva postura de la conservación: www.conservaciocompassiva.org.