Otra demostración de lo perjudicial que es la cautividad para los elefantes

Un artículo reciente revisa el impacto potencial que los ambientes empobrecidos de la cautividad tienen sobre los mamíferos que poseen grandes cerebros, como los elefantes.

Los efectos negativos de la cautividad sobre la salud orgánica de los elefantes se conocen desde hace muchos años. Se ha demostrado que los elefantes cautivos tienen unas incidencias elevadas de mortalidad neonatal, obesidad y problemas en los pies entre otras patologías, lo que les lleva a tener una esperanza de vida reducida comparada con la de los elefantes en libertad. En un artículo reciente publicado en la revista Reviews in Neurosciences*, Bob Jacobs y otros colaboradores revisan cómo la cautividad afecta al cerebro de elefantes y cetáceos, animales que comparten una serie de características como gran tamaño, gran tamaño de sus cerebros, comportamiento altamente social, cognición sofisticada, esperanza de vida elevada y rangos territoriales muy amplios.

La cautividad implica instalaciones pequeñas, falta o reducción de ejercicio y ausencia (o limitación) de las interacciones con individuos de la misma especie, lo que impide que los elefantes desarrollen los comportamientos normales de socialización, cuidado de las crías, búsqueda de una amplia gama de alimentos o caminar grandes distancias. Como resultado de la frustración de los impulsos naturales, más del 50% de los elefantes en zoológicos muestran estereotipias. Los experimentos en otros animales (primates, perros, ratas, aves, peces, pulpos y muchos otros) han demostrado que estos ambientes empobrecidos reducen el tamaño del cerebro, el peso del cerebro, el grosor cortical, el número de neuronas y la cantidad de sinapsis de las neuronas. Estos cambios ocurren en muchas partes del encéfalo, como el córtex, el cerebelo, el hipocampo o la amígdala. Estos cambios perjudiciales en el cerebro también se producen cuando existe una falta de ejercicio físico y un estrés crónico, dos circunstancias frecuentes en la fauna cautiva, especialmente en elefantes.

Los autores también realizan una revisión interesante y necesaria de las estereotipias, esos movimientos repetitivos y patológicos que en personas se han observado en problemas mentales graves (autismo, demencia, esquizofrenia) y en ambientes desfavorables (como cuando los niños se crían en internados u orfanatos). El hecho de que las estereotipias se observen muy raramente (si es que se observan) en la naturaleza pero que sean documentadas de forma constante en cautividad es un ejemplo de los efectos perjudiciales del estrés, el aislamiento social y los ambientes empobrecidos. También se discute el nexo de unión entre los comportamientos estereotipados y los cambios en el cerebro.

Las conclusiones de esta revisión apoyan la hipótesis de que la cautividad induce deficiencias y problemas de regulación de las neuronas en elefantes. Estas conclusiones no deberían causar sorpresa, pues muchos animales y los humanos han mostrado cambios negativos similares en su cerebro en ambientes empobrecidos. Estos cambios en el cerebro son una pieza importante del puzle para explicar por qué muchos proyectos de conservación fracasan cuando se basan en la reintroducción de animales criados en zoológicos. De hecho, los datos apoyan (e incluso los zoológicos están de acuerdo) que los elefantes y los cetáceos nacidos en cautividad o que han pasado una parte importante de su vida en cautividad no pueden reintroducirse de forma exitosa en la naturaleza. Por este motivo, los autores abogan por llevar a los elefantes y a los cetáceos cautivos a santuarios donde puedan finalizar sus vidas en unas condiciones más naturales que beneficien su salud mental y neuronal.

 

*Jacobs, Bob, Rally, Heather, Doyle, Catherine, O’Brien, Lester, Tennison, Mackenzie and Marino, Lori. «Putative neural consequences of captivity for elephants and cetaceans: » Reviews in the Neurosciences, vol. , no. , 2021, pp. 000010151520210100. https://doi.org/10.1515/revneuro-2021-0100

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