Zoo de Barcelona
El zoológico de Barcelona representa un buen ejemplo de un mal ejemplo. La presentación de la Iniciativa Ciudadana ZOOXXI desencadenó una intensa presión por parte de los lobbies internacionales que se dedican al tráfico legal de especies, asociaciones de zoológicos y acuarios como la WAZA (Asociación Mundial de Zoos y Acuarios), quienes maniobraron activamente para impedir la aprobación de la propuesta. Hoy (incluso tras su aprobación en mayo de 2019) estos lobbies han continuado ejerciendo su influencia para bloquear su implementación.
A lo largo de los años, los sucesivos gobiernos de la ciudad han desaprovechado la oportunidad de transformar el zoológico, ignorando el respaldo y la proactividad de la ciudadanía en favor de cambiar mecánicas obsoletas donde los lobbies dictan las reglas, los políticos las acatan, y la voz del pueblo queda silenciada.
Actualmente, el caso se encuentra en manos de la justicia, ya que los promotores de la iniciativa han demandado al zoológico de Barcelona y al Ayuntamiento por el incumplimiento de la ordenanza aprobada.
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Historia
El origen del zoo de Barcelona lo encontramos en la “colección” privada del banquero barcelonés Lluís Martí Codolar. En 1865 Codolar inició una colección de animales autóctonos y exóticos en su finca agrícola situada en el distrito barcelonés de Horta: camellos, antílopes, osos, leones, una cebra, una jirafa, un caimán y un elefante; éste último se haría popular con el nombre de l’Avi (“El abuelo”, en catalán). La bancarrota de 1892 le obligaría a desprenderse de todos los animales, que fueron adquiridos por el Ayuntamiento de Barcelona. Aprovechando unos recintos utilizados para albergar la Exposición Universal de 1888, se decidió trasladar a los animales al Parque de la Ciutadella, su ubicación actual. Se nombró a Francesc d’Assís Darder como responsable de la nueva instalación, convirtiéndose en el primer director del Parque Zoológico de Barcelona. Este taxidermista y veterinario aprovechaba sus viajes por Europa y el norte de África para adquirir animales vivos. El zoo, con casi dos hectáreas de superficie, abrió sus puertas el 24 de septiembre de 1892, el día de la Mercè, patrona de la ciudad.
Las primeras instalaciones estaban formadas por jaulas con compartimentos regulares, independientemente de la envergadura de los animales, y por recintos delimitados con vallas. Estas instalaciones estaban en el parque de la Ciutadella, carentes de un perímetro externo que separara a las jaulas de los visitantes del parque, por lo que las molestias a los animales y los robos eran frecuentes.
En 1897 el zoo editó el primer catálogo con una lista de animales en venta que incluía monos, leones, marsupiales, aves, reptiles y peces, entre otros. En el recinto también se organizaban bailes de salón en sesiones de tarde y noche. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) privó al zoológico de sus proveedores habituales de animales. El envejecimiento y la consanguinidad de su población hicieron difícil la reproducción de los individuos.
En 1927 se decide cerrar perimetralmente el recinto, a fin de cobrar entrada a los visitantes y de garantizar un mejor descanso y seguridad a los animales. Se empezó a incentivar el intercambio de animales con otros zoológicos para evitar la consanguinidad.
La Guerra Civil española (1936-1939) tuvo un fuerte impacto en el zoo. Su ubicación, entre la Gran Vía y el puerto, fue duramente castigada por los bombardeos. Muchos animales murieron a causa de las bombas, la falta de alimentos y de atención. A pesar de todas las penurias el zoológico sobrevivió a esta circunstancia y siguió su funcionamiento durante la dictadura franquista. En 1951 se creó la Asociación de Amigos del Parque Zoológico, que tenía por objetivo la recuperación de la institución ante las autoridades y la opinión pública.
En 1968 el parque se integra en el Servicio Municipal de Parques y Jardines. Antoni Jonch, director entre 1955 y 1985, amplió el zoo de 2,7 hectáreas iniciales a su actual superficie de 12 hectáreas, sustituyendo las tradicionales jaulas por espacios más amplios.
El zoo seguía recibiendo animales de otros países. Muchos procedían del Centro de Adaptación y Experimentación Animal de Ikunde en Guinea Ecuatorial, por aquel entonces colonia española. A través de este centro el zoo de Barcelona se convirtió en suministrador de animales exóticos para zoos europeos. Allí trabajó durante varios años el reputado primatólogo catalán Jordi Sabater i Pi, quien desde trajo al zoo de Barcelona a “Copito de Nieve”, el famoso gorila albino. El centro de Ikunde cerró sus instalaciones en 1969. Décadas más tarde, Sabater i Pi expresaría su malestar por la situación del gorila albino en el zoo de Barcelona y su mala conciencia por haber extraído animales de Guinea Ecuatorial, posicionándose en contra de los zoos. Esta confesión la realizó en un programa de la televisión pública catalana en el año 2008 (min 30:30, min 51:50):
https://www.ccma.cat/3cat/jordi-sabater-pi/video/5376191/
En 1966 el dictador Francisco Franco visitó el zoo de Barcelona para inaugurar nuevas instalaciones e importantes obras de mejora que convertirían al zoo, según las crónicas de la época, en un parque con los más modernos adelantos.
En 1967 se celebró en Barcelona el XXII Congreso de la Unión Internacional de Directores de Parques Zoológicos, asociación que daría lugar a la actual Asociación Mundial de Zoos y Acuarios (WAZA por sus siglas en inglés). En 1972 se creó la Unión Ibérica de Zoos, actual Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (AIZA), con sede permanente en Barcelona.
A imagen de los grandes acuarios norteamericanos, en 1968 el zoo finaliza las obras del Aquarama, una instalación con gradas para el público y una piscina donde delfines y la popular orca Ulises llevarían una vida en cautiverio obligados a hacer espectáculos. Ulises, que llegó a Barcelona en 1983, fue trasladado en 1994 al parque SeaWorld de San Diego (USA), donde aún reside.
En 1985, año de jubilación de Antoni Jonch, el zoo deja de depender del Servicio Municipal de Parques y Jardines para convertirse en una sociedad privada municipal. Actualmente el zoo depende de Barcelona de Serveis Municipals (BSM), empresa del Ayuntamiento de Barcelona que, además del zoo, gestiona servicios públicos como aparcamientos, el Bicing (servicio público de alquiler de bicicletas), el Puerto Olímpico, el parque de atracciones del Tibidabo, los cementerios municipales, estaciones de autobuses y la grúa municipal, entre otros.
En 2002 el zoo acoge el XIX Congreso Anual de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA por sus siglas en inglés) y en 2012 se crea la Fundación Barcelona Zoo, con la finalidad de contribuir en la definición y la gestión de los programas de investigación y de conservación del zoo.
El movimiento en defensa de los derechos de los animales
El movimiento en defensa de los derechos de los animales comenzó a desarrollarse con fuerza en la ciudad de Barcelona. Denuncias públicas y protestas semanales delante de la puerta del zoo pretendían sacudir las mentes de la ciudadanía: la situación de los delfines en el Aquarama, las carencias de la elefanta africana Susi, las deterioradas instalaciones interiores donde duermen los animales, la denuncia y reconocimiento por parte del zoo de la práctica del culling (matar animales sanos por razones de gestión), son cuestiones que empiezan a generar alarma social.
La moción fue rechazada bajo la argumentación de que el destino de Susi lo decide la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), dado que la elefanta se encuentra en el programa para especies en peligro de extinción EEP (European Endangered Species Programme) de esta asociación privada. Por primera vez, el movimiento animalista es consciente del lobby que ejercen estas asociaciones internacionales, incluso en el caso de los zoos públicos. Esta realidad fue el origen e inspiración de lo que acabaría siendo la propuesta de reconversión para zoológicos ZOOXXI y proyecto ELE.
En 2018 Barcelona se declara “Ciudad Libre de Cetáceos en Cautividad”. Esta declaración tuvo implicaciones importantes para el zoo de Barcelona: en 2020 se trasladaron los tres delfines que quedaban en el Aquarama a un acuario en Grecia y en 2022 se derriba este histórico recinto.
En 2019 se aprueba la iniciativa ciudadana ZOOXXI, que supone la modificación de la ordenanza de protección de los animales a través de un nuevo texto articulado que implica una completa reconversión del zoo de Barcelona.
Política pública. Iniciativa ciudadana ZOOXXI
El 7 de mayo de 2015 se presenta en Barcelona, en el emblemático edificio del arquitecto Gaudí llamado La Pedrera, la campaña internacional ZOOXXI; es una propuesta para la reconversión de los parques zoológicos que tiene como primer objetivo la reconversión del zoo de Barcelona. Conocedores de la historia, la gran influencia y eficaz organización de las asociaciones nacionales e internacionales de zoos y acuarios, pero sabiendo también que el zoo de Barcelona llevaba décadas en el centro del debate político, los promotores de la campaña entendieron que la reconversión de este zoo sólo podría ser posible si la ciudadanía estaba de acuerdo y participaba en el proceso.
Así, el 28 de marzo de 2017, la Plataforma ZOOXXI inicia la recogida de firmas de la Iniciativa Ciudadana ZOOXXI. Una iniciativa ciudadana es un proceso de democracia participativa que permite, a través de una movilización colectiva y una recogida de firmas iniciar, entre otros procedimientos, la aprobación o modificación de una norma municipal.
Durante tres meses más de 200 fedatarias y fedatarios organizados por distritos, decenas de establecimientos adheridos, charlas informativas en universidades, espacios culturales, vecinales e institutos, organización de jornadas y multitud de eventos destinados a socializar la propuesta de reconversión, la iniciativa logró la validación de más de 17.000 firmas de ciudadanos y ciudadanas de Barcelona a favor de la reconversión del zoo de la ciudad.
La firma de cada ciudadano implicaba recibir la explicación del modelo propuesto, así como el texto de modificación de ordenanza incluido en el pliego de firmas. En el transcurso de la recogida de firmas la Plataforma pudo constatar cómo el modelo de reconversión acercaba a dos posturas aparentemente irreconciliables: aquella que consideraba al zoo de Barcelona un espacio icónico de la historia de la ciudad y de la historia personal, en la que pasar buenos momentos en familia, y aquella que pensaba que los zoos son poco menos que cárceles para animales. Estas dos posturas consiguieron darse la mano gracias a la iniciativa ciudadana ZOOXXI.
La iniciativa, a través de un Manifiesto Internacional, contó con el apoyo de personalidades de la ciencia, la investigación y la academia a nivel nacional e internacional como Marc Bekoff, Joyce Poole, Martí Pumarola o Peter Singer.
Algo que cabe destacar es la irrupción de las asociaciones nacionales e internacionales de zoos y acuarios. La Plataforma pudo constatar la magnitud del cambio que suponía la propuesta de reconversión del zoo de Barcelona cuando la Asociación Mundial de Zoos y Acuarios (WAZA) trasladó su oficina ejecutiva de Suiza a Barcelona en septiembre de 2018, en plena tramitación de la iniciativa ciudadana, una vez recogidas las firmas.
Una situación que causó gran malestar en la Plataforma fue la actuación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esta organización, sin haber realizado ningún contacto previo con la Plataforma, se dirigió al ayuntamiento de Barcelona a través de una carta argumentando las razones por las cuales la iniciativa ciudadana no debía prosperar. La Plataforma ZOOXXI se puso en contacto en primer lugar con la representación española de la UICN, quien declinó dialogar y se limitó a secundar el posicionamiento de la organización internacional. Seguidamente, la Plataforma contactó con el presidente de la UICN Species Survival Commission con el objetivo de explicarle las incorrecciones de la carta dirigida al ayuntamiento. La Plataforma pudo constatar que la UICN no conocía el texto de modificación de la ordenanza propuesto por ZOOXXI y que su carta dirigida al ayuntamiento de Barcelona era fruto de haber escuchado únicamente al lobby zoológico.
A pesar de todo, constatar que la modificación de la ordenanza de un zoo público acaparaba el debate internacional no hacía más que concienciar a la sociedad de que el debate era más que necesario.
Después de superar el número mínimo de firmas necesarias, el procedimiento siguió la tramitación con la presentación de enmiendas por parte de los grupos políticos municipales y la respuesta y toma en consideración de la Plataforma. Posteriormente, entre el 18 de febrero y el 29 de marzo de 2019, el texto se sometió a exposición pública. La Plataforma procedió a la realización de un informe con la valoración de las alegaciones incorporando algunas de ellas a la propuesta, presentando luego el texto definitivo de modificación de la ordenanza. Cada paso dado durante la tramitación, iniciada el 1 de marzo de 2017, se encontraba acompañado de los correspondientes informes técnicos y jurídicos según la normativa aplicable.
El 3 de mayo de 2019, en el Pleno del Consejo Municipal del Ayuntamiento de Barcelona, se procedió a la votación y aprobación de la iniciativa ciudadana ZOOXXI. Esta aprobación supuso la incorporación del capítulo IV en la ordenanza de protección de los animales de Barcelona, capítulo que incluye un nuevo texto articulado que reglamenta el zoo y que supone su reconversión.
El largo camino hasta llegar a la histórica aprobación quedó recogido en el documental “Susi, una elefanta en la habitación”. Este documental narra cómo la campaña para la liberación de la elefanta es el origen de ZOOXXI, propuesta internacional para la transformación de los zoológicos que en Barcelona culmina con la aprobación de la iniciativa ciudadana ZOOXXI.
¿Por qué el zoo de Barcelona aún no se ha reconvertido?
Cualquiera que se dé un paseo por el zoo de Barcelona, 5 años después de la aprobación de la iniciativa ciudadana, podrá pensar que en realidad esta iniciativa no ha supuesto un cambio profundo. Podrá ver a la mayoría de animales en el mismo tipo de instalaciones, con las mismas estereotipias y la misma variedad de especies exóticas que siguen en cautividad hasta su muerte, con una minoría de especies involucradas en proyectos de reintroducción.
Lo cierto es que la Plataforma ZOOXXI ha podido constatar que la democracia participativa necesita profundizar aún más en las herramientas que pone a disposición de la ciudadanía. Así, los cambios de gobierno en el ayuntamiento de Barcelona han supuesto un paso atrás en lo que respecta a las aplicaciones normativas en el ámbito de los derechos de los animales. Esto ha tenido como consecuencia que el plan estratégico del zoo, aprobado también el 3 de mayo de 2019, no se haya adaptado ni haya realizado las modificaciones necesarias para cumplir con la nueva norma.
Por todo esto, la Plataforma se ha visto obligada a interponer un recurso contencioso administrativo contra el zoo y el Ayuntamiento de Barcelona por incumplimiento del capítulo IV de la ordenanza de protección de los animales.
No obstante, es necesario recordar la importancia de la ley conseguida y que, antes o después, deberá ser aplicada.