El Ayuntamiento de Barcelona encubre al zoo ante la muerte de la cría de orangután Kanelo

  • La plataforma civil ZOOXXI cuestiona una comparecencia vacía, que no aporta documentación y que roza la mala praxis
  • El director del parque se excusa en supuestas auditorías afines y da un relato pseudocientífico
  • Para ZOOXXI, el ayuntamiento de Barcelona sigue sometido al lobby de las asociaciones zoológicas

La esperada comparecencia del director del Zoo de Barcelona en el Consejo Municipal de Protección Animal no ha aclarado las causas de la muerte de la cría de orangután, Kanelo, ni los problemas de las obras en el recinto de estos homínidos. Tampoco ha tranquilizado a las organizaciones respecto a futuras muertes que puedan darse en contextos similares. El director ha justificado la muerte del animal por infección a causa de un parásito pero, a pregunta de las entidades, no ha sabido dar explicaciones del impacto en el sistema inmunitario de la cría de una instalación en degradación progresiva desde 2015, y con obras de reforma integral que han durado más de 9 meses.

Para la plataforma ZOOXXI, se ha tratado de una comparecencia vacía y paracientífica del máximo responsable de un parque que no cumple con los requerimientos para mantener orangutanes. A pregunta de las entidades, Antonio Alarcón no dio respuesta sobre los protocolos de manejo y bienestar, no supo justificar los más de 1,8 millones de euros invertidos en un instalación totalmente disfuncional, no explicó su empeño en la exhibición directa de los orangutanes a través de vidrios a pesar de que va en contra de las recomendaciones científicas, no explicó por qué mantiene un grupo social que va en contra del carácter semi solitario de esta especie y que no se da en estado salvaje, no explicó cómo la instalación reformada va a permitir una locomoción adaptada al carácter totalmente arborícola de esta especie, ni tampoco dio explicaciones sobre el origen del parásito ni sobre posibles contagios en otros individuos.

Cero respuestas sobre bienestar y conservación

Por otro lado, el director aseguró que el zoo recibe auditorías de bienestar y que la instalación de orangutanes ha sido avalada por la Asociación Europea de Zoos y Acuario (EAZA). Para ZOOXXI, esto confirma que estas auditorías son realizadas por personal afín a los zoos y no por expertos independientes, en contra de los requerimientos de la ordenanza. La mala praxis está servida: los zoos se auditan entre ellos mismos.

La responsable científica de ZOOXXI solicitó durante la comparecencia documentación relacionada con la vigilancia epidemiológica dentro del parque y el historial clínico de los animales. En respuesta a su anterior solicitud de la necropsia del animal fallecido, Xavier Patón, gerente del Área de Movilidad, Infraestructuras y Servicios Urbanos, indicó que no había sido facilitada “por protección de datos”.  El director del zoo tampoco ofreció explicación alguna sobre los protocolos de bienestar que se han seguido durante este año de obras, en la que los orangutanes han tenido que soportar la reforma integral de la instalación por daños generalizados.

Así, el parque barcelonés se parapeta tras EAZA, club privado formado en su mayoría por zoos privados con un modelo de negocio basado en la exhibición de animales, y tras el Ayuntamiento de Barcelona, que justificó la falta de transparencia de la dirección. A pesar de que la ordenanza indica que el zoo debe actuar con independencia de este tipo de asociaciones privadas, la coordinadora científica de ZOOXXI pudo constatar durante la comparecencia cómo el Ayuntamiento de Barcelona se encuentra sometido al lobby de las asociaciones zoológicas.

Exhibición: cruel e ilegal 

El zoo no renuncia a la exposición directa de los orangutanes a través de vidrios, a pesar del impacto negativo en su salud física y mental. El zoo estaría vulnerando la ordenanza, que indica que las reformas de las instalaciones deben priorizar el bienestar animal en detrimento de su exhibición. Los orangutanes del zoo de Barcelona se ven obligados a alterar su sistema de locomoción dado que la instalación no responde a su naturaleza totalmente arborícola. “¿Qué tipo de conservación se está realizando, cuando el comportamiento natural de los animales queda supeditado al cautiverio?”, se pregunta Rosi Carro. Para Carro, lo vivido ayer tuvo más que ver con el marketing que con la legalidad, la ciencia y la ética.

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