Experto cuestiona la llegada de pandas rojos al zoo de Barcelona
- 19 individuos han muerto en sus instalaciones desde el primer anuncio de “conservación”
- El parque ha trasladado a otros ejemplares a diferentes zoos europeos con una altísima tasa de mortalidad
- Fundación Franz Weber pide cumplir la Ordenanza Municipal y dejar de intercambiar animales silvestres
Barcelona, 4 de septiembre de 2024. Un informe elaborado por Tom Sciolla, asesor científico y experto de la Fundación Franz Weber, ha puesto en entredicho el supuesto impacto positivo de la llegada de Diki, una hembra de panda rojo, al parque zoológico de Barcelona, atendiendo a la propia especificidad de la especie y a los antecedentes de esta instalación.
El parque anunció como un acontecimiento la llegada de este nuevo animal mientras no ha hecho el mismo hincapié en la muerte de 19 pandas rojos desde que se anunciara por primera vez su participación en programas de conservación de la especie. Además, otros 14 individuos fueron trasladados a zoos europeos, donde también murieron, incluso a edades muy tempranas.
Fundación Franz Weber señala que estas situaciones rara vez se hacen públicas, lo que contribuye a generar una imagen distorsionada del Zoo de Barcelona por parte de la ciudadanía, que no conoce los detalles con respecto a los animales allí cautivos a lo largo del tiempo.
En aras de la transparencia el ZOO debería explicar, en su página web y en los panales informativos de las instalaciones, la experiencia del programa de conservación concreto: Número de animales alojados; animales que llegaron como consecuencia de intercambios con otros parques; los fallecimientos, causas y sus edades; y el porcentaje de reintroducción. Sin la vuelta al medio natural estos planes no tienen un impacto real en la naturaleza.
Así, el informe subraya los problemas de la propia cautividad de los pandas rojos, “una especie nativa de bosques donde el bambú fresco es su principal fuente de nutrientes, y con climas que no alcanzan las cálidas temperaturas de la ciudad de Barcelona; esto les supone varios factores de estrés que impactan de forma directa en su bienestar: muestran signos de estrés conductual, como paseos repetitivos, letargo y comportamientos estereotipados, indicando angustia psicológica.”
Prosigue la advertencia del documento señalando que “el cautiverio les causa obesidad, enfermedades dentales y provoca un sistema inmunológico debilitado. Las condiciones climáticas en zoológicos como el de Barcelona, mucho más cálidas que en su hábitat nativo, pueden agravar estos problemas.”
Los naturalistas consideran que el Ayuntamiento de Barcelona, como organismo promotor del zoo, debería cumplir con la Ordenanza Municipal aprobada en 2019, que partía de la necesaria transformación de las instalaciones, una política centrada en fauna autóctona y el cese de intercambios sin proyección real sobre la conservación de la biodiversidad.