Califican de «neocolonialismo» el dedicar calle y estatua a Copito de Nieve

La plataforma civil ZOOXXI recuerda que la institución Zoo de Barcelona representó la avanzada esclavista en Guinea Ecuatorial

El animal pasó casi cuarenta años encerrado en el zoo de Barcelona tras ser capturado en Ikunde, la colonia franquista en África

Denuncian que el modelo colonial de atrapar animales en África, para exhibir en Europa, sigue vivo y “nadie se sonroja”

Barcelona. 15 de diciembre de 2023. La plataforma ZOOXXI ha cuestionado esta mañana la intención del Partido Popular, apoyada por todos los grupos municipales del Ajuntament de Barcelona, de dedicar una calle y situar una estatua en supuesto honor al gorila Copito de Nieve. Para Leonardo Anselmi, portavoz de la plataforma “no es de extrañar que el PP añore aquellos tiempos, pero sí nos asusta la ignorancia del resto de formaciones”.

“En Ikunde no solo se atrapaban y mataban animales por encargo, el principio de expoliación también se aplicaba a seres humanos”, puntualiza Anselmi.

Los naturalistas recuerdan que este primate, que permaneció casi cuarenta años encerrado en el parque barcelonés “no es sinónimo de orgullo sino de sonrojo: es el símbolo más incontestable de la vergüenza barcelonesa frente a todo un continente”, sentenció, y recordó que hasta la fecha Barcelona nunca pidió perdón por esas atrocidades.

“La figura de Copito a escala natural presidiendo la exposición “Barcelona, metrópoli colonial” nos da la razón” afirma. La exposición, presentada en el Museu de les Cultures del Món, describió el expolio que sufrió el país africano a manos de decenas de esclavistas y coleccionistas españoles y catalanes que aprovecharon Ikunde para enriquecerse.

Copito: una historia de maltrato.

Capturado en Guinea Ecuatorial en 1966, en la entonces colonia española de Ikunde, el primatólogo Jordi Sabater i Pi lo compró para evitar su muerte. No obstante, su envío al zoo de Barcelona le supuso una condena de por vida. La historia de Copito de Nieve ilustra a la perfección el sistema de dominación sobre cualquier ser vivo con el objetivo de generar riquezas, incluyendo en esta lógica a las personas humanas que eran atrapadas y trasladadas de manera forzada a los países europeos.

Debido a su particularidad albina, Copito fue explotado de forma cruel. Reproducido, estresado y exhibido hasta la extenuación, desde el zoo trataron de mantenerlo con vida incluso cuando su piel estaba ya plagada de escaras. Los objetivos de reproducción no perseguían ningún reto científico, solo conseguir otra anomalía genética para seguir facturando, algo que deja en evidencia a la institución zoológica.

En la entrevista que en 2008 se le hizo a través del programa Savis de TV3, Jordi Sabater i Pi confiesa tener cargos de conciencia sobre la situación de Copito de Nieve en el zoo de Barcelona. También afirma que los zoos no tienen ya sentido. A pesar que su albinismo le producía serios problemas de salud, el zoo de Barcelona no dudó en reproducirlo con la esperanza de que otro gorila albino ocupara su lugar. Así, Copito de Nieve tuvo 21 hijos, ocho nietos y dos bisnietos. Por suerte, ninguno de ellos heredó dicha condición genética.

El modelo neocolonial de los zoos, más vivo que nunca.

Con una oposición muy férrea del lobby europeo de zoos y acuarios en alianza con los delegados de la UE, en agosto de 2019 la Convención de CITES prohibió la extracción de elefantes bebés de la naturaleza africana, convirtiendo al elefante africano en la primera y única especie en recibir tal protección frente al expolio coleccionista. El delegado para Mali, Bourama Niagaté, recordó a la UE que el mismo discurso que hoy tienen con los animales lo tenían hace pocas décadas con los esclavos “hoy nos dicen que cogerán algunos elefantes y que luego nos mandarán sus crías para repoblar: eso no ha pasado ni una sola vez. Lo mismo decían de los esclavos, que volverían a África con riquezas, pero ninguno regresó y mucho menos con riquezas”.

Para ZOOXXI, el principio colonialista sigue tan aferrado a la lógica de los zoológicos que no es de extrañar que incluso las formaciones más progresistas acaben apoyando iniciativas de este calibre.

Finalmente exige el cumplimiento de la Ordenanza de Protección de los Animales aprobada por democracia participativa, que incluye un proceso de descolonización del discurso y de las acciones del zoo, en lugar de gastar dinero en reconocimientos vacíos que perpetúan la imagen vergonzosa del zoo y su nulo papel en la conservación.

 

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